jueves, 6 de diciembre de 2012

La Vía Láctea

 El nombre de la Vía Láctea proviene de la mitología griega y su significado en latín es camino de leche. La apariencia de una banda de luz lechosa que cruza el cielo sugirió a los antiguos que se trataba de leche derramada por el pecho de una diosa. Cuenta una leyenda que el dios griego Zeus, que fue infiel a su esposa Hera innumerables veces, tuvo un hijo de su unión con Alcmena, hija del rey Electrión de Micenas. A este hijo se le conoció como Heracles, también conocido como Hércules en la mitología romana. Al enterarse, Hera hizo que Alcmena llevara en su vientre a Heracles por 10 meses, intentando deshacerse de él mandando dos serpientes para que lo mataran cuando tenía ocho meses. Sin embargo, Heracles pudo librarse fácilmente de ellas estrangulándolas con sus pequeñas manos. Heracles resultó ser el hijo favorito de Zeus, aunque sólo llegaría a ser un héroe, puesto que era mortal. Para ser un dios inmortal debía mamar de Hera, pero ella no quería: sentía ira y celos en su contra. Zeus, con la complicidad de Atenea engañó a Hera para que amamantase a un hermoso infante abandonado en los campos de Tebas. Heracles hambriento chupó el pezón de la diosa con tal fuerza que fue descubierto. Al reconocerlo, Hera lo apartó de su pecho brotando un río de leche que llegó hasta los cielos, formando la mancha que puede verse desde entonces. Existen diferentes versiones de este mito, una de ellas dice que Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, puso a Heracles en el seno de Hera mientras dormía, para que mamara la leche divina, pero al despertar y darse cuenta, lo separó bruscamente derramando la leche, formando la Vía Láctea.


Durante siglos de mirar al cielo, los nativos Kung del desierto del Kalahari (Botswana) pensaron que esa mancha era la columna vertebral que sostenía el firmamento, llamándola "la Espina dorsal" o "el Espinazo de la noche", y si se le mira con detenimiento ese es precisamente el aspecto que tiene.

Los vikingos creían que la Vía Láctea era un camino que llevaba al Valhalla, destino de las almas de los guerreros muertos en batalla. Los celtas aseguraban que se dirigía al castillo de la reina de las hadas.

En España, la Vía Láctea también recibe el nombre popular de Camino de Santiago, pues era usada como guía por los peregrinos de ese lugar.

En otros casos, como en las alegorías chinas y japonesas, se refieren a ella como un río celestial de plata. 

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